La vitamina C es la reina de los nutrientes que ayudan a reforzar la inmunidad. Es quizá la que más estudios ha realizado para demostrar sus efectos beneficiosos en el organismo. La vitamina C se encuentra en muchas frutas y verduras y es fácil de sintetizar, por lo que los suplementos que la contienen son bastante asequibles.
Suplementación
Este suplemento favorece la producción de glóbulos blancos y células que combaten las enfermedades y aumenta la cantidad de interferones, unas proteínas puras que protegen a las células sanas de los virus y otros intrusos, ayudando a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al aumentar el colesterol bueno, a la vez que reduce la presión arterial y previene el depósito de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos. Los estudios revelan que los individuos que tienen más vitamina C disminuyen el riesgo de cáncer de colon, de mama o de próstata.
No es necesario consumir cantidades excesivas para aprovechar sus efectos. 200 mg al día son suficientes. Eso significa consumir frutas y verduras unas seis veces a lo largo de todo un día. Y, si tomas vitaminas, mejor dosis dividida en varias partes que todas al mismo tiempo. Porque, de lo contrario, se suprime todo de una llama.
Vitamina E
Es una estrella madura del sistema inmunitario, como la vitamina C, pero es un importante antioxidante que estimula la generación de células asesinas que recorren el torrente sanguíneo y destruyen las células infectadas modificadas. La vitamina E aumenta la producción de células B, células inmunitarias que matan las bacterias y producen células. El consumo de suplementos de vitamina E tiene un efecto beneficioso contra el envejecimiento celular e incluso contra las dolencias cardiovasculares. No es difícil consumir entre 30 y 60 mg de vitamina E al día si tu dieta incluye semillas, aceites vegetales y cereales. Es suficiente si llevas una vida equilibrada. Pero si fumas, bebes alcohol y no te mueves mucho, la dosis perfecta de vitamina E aumenta a 100-400 mg cada día.
Betacaroteno
Eleva las células del cuerpo para luchar por la salud y el efecto antioxidante, que elimina los radicales libres en la sangre, actuando sobre el envejecimiento celular. El antioxidante que lel resto son una parte de un triángulo básico antioxidante (vitaminas E y C ), disminuye la posibilidad de enfermedades cardiovasculares y se produce en la deposición de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos. ¡Se dice que una zanahoria al día bisturí nos prohíbe! El beta-caroteno es también un excelente luchador contra el cáncer, ya que estimula a los macrófagos a destruir las células cancerosas. El beta-caroteno es el carotenoide más conocido, pero forma parte de toda una familia de carotenoides con efectos beneficiosos contra el cáncer. El cuerpo convierte el beta-caroteno en vitamina A, que a su vez tiene efectos positivos contra la malignidad celular. Pero una gran cantidad de vitamina A puede ser perjudicial, por lo que es mejor no consumir suplementos y dejarles la libertad de elegir la cantidad de vitamina A que el cuerpo sintetiza a partir de los alimentos que comemos.