VIH son las siglas del virus de la inmunodeficiencia humana. Destruye el sistema inmunitario, la defensa de nuestro cuerpo contra las enfermedades. El VIH destruye los glóbulos blancos que deben combatir las infecciones. Cuando el recuento de glóbulos blancos desciende a niveles perjudiciales, surgen dolencias y enfermedades. El VIH es el virus que causa el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), una enfermedad que pone en peligro la vida.

Sistema inmunitario

Normalmente, el sistema inmunitario produce glóbulos blancos y anticuerpos que atacan a las bacterias y los virus. Por ello, el VIH hace que sus víctimas sean fácilmente vulnerables a cualquier enfermedad. Los síntomas gastrointestinales incluyen falta de apetito, diarrea, fatiga severa que lleva a una rápida pérdida de peso, etc. El virus ataca a las células CD4 (o células T4), necesarias para combatir las enfermedades. El VIH recibió este nombre porque su impacto a largo plazo es atacar el sistema inmunitario del cuerpo, lo que lo debilita y lo hace deficiente.

Vivimos prácticamente en un mar de gérmenes y a cada momento un gran número de ellos entran en nuestro cuerpo. El VIH-1 se impone en todo el mundo. Siempre que la gente se refiere al VIH, se sabe que es el VIH-1. Los hombres infectados por el VIH, por ejemplo, tienen ocho veces más probabilidades que las chicas infectadas por el VIH de desarrollar un cáncer de piel llamado sarcoma de Kaposi. Los inhibidores de la integrasa actúan bloqueando la integrasa, la enzima que el VIH utiliza para incorporar el material genético del virus a su célula de destino.

Niños infectados por el VIH

A menudo tardan en alcanzar hitos significativos en las habilidades motoras y el desarrollo mental, como gatear, caminar y hablar. A medida que la enfermedad avanza, muchos niños desarrollan problemas neurológicos como dificultad para caminar, bajo rendimiento escolar, convulsiones y otros indicadores de encefalopatía por VIH. El VIH/SIDA es siempre mortal y es vital conocer su funcionamiento para evitar en la medida de lo posible que se contraiga la enfermedad. El VIH puede atravesar la placenta durante el embarazo, infectar al bebé durante el parto y, a diferencia de muchas ETS, también puede infectar al bebé a través de la lactancia. El VIH se transmite en el semen, la sangre, el líquido seminal, el flujo vaginal (como el flujo menstrual) y la leche materna.

Sin embargo, no puede atravesar la piel intacta y no se transmite por el aire, como la gripe o el resfriado común, sino que debe entrar en el cuerpo a través de la sangre o las relaciones sexuales. El VIH se contagia mucho más fácilmente en presencia de ETS inflamatorias como la gonorrea. La infección en el momento del parto es el modo de transmisión más frecuente. Hay una serie de factores que influyen en el riesgo de infección, especialmente la carga viral de la madre en el momento del parto: cuanto mayor sea la carga, mayor será el riesgo.

Conclusión:

Las enfermedades que una persona sana puede combatir tienen la capacidad de arraigarse en alguien que sufre de SIDA. Un paciente con VIH/SIDA puede presentar cualquier número de síntomas, y éstos dependen de la fase de la enfermedad que el hombre esté experimentando. La infección por el VIH se produce por el transporte de sangre, semen, fluidos vaginales, pre-eyaculación o leche materna. En estos fluidos corporales, el VIH está presente tanto en forma de partículas de virus libres como de virus en células inmunitarias infectadas. Las infecciones oportunistas son comunes en las personas con SIDA. Casi todos los sistemas orgánicos se ven afectados.