Cualquier hombre que no esté circuncidado conoce la sustancia pegajosa, hortera, amarillenta o blanca que tiende a acumularse bajo el prepucio. Este material pastoso y a menudo maloliente -conocido comúnmente como esmegma- suele considerarse desagradable y sucio. Por otro lado, el esmegma desempeña, de hecho, un papel esencial en la salud del pene, por lo que merece la pena aprender más sobre él y comprender su propósito antes de descartarlo como una fuente de asco y humillación.

¿Qué es el esmegma?

El revestimiento del prepucio segrega un material mucoso que funciona como lubricante; es análogo a las lágrimas que lubrican los ojos y evitan que el útero se pegue a la cara. Exactamente de la misma manera, este líquido mucoso permite que el prepucio y el glande se deslicen el uno sobre el otro y protege al glande de las agresiones. Cuando el prepucio y el glande se rozan, se desprenden las células muertas de la piel; debido a la presencia del prepucio, no se desprenden, sino que se combinan con la mucosa -así como con la transpiración y otros fluidos corporales- para formar el pegamento que se llama esmegma.

A pesar de su imagen de suciedad, el esmegma es en realidad inofensivo; en realidad, contiene propiedades antibacterianas que podrían ayudar a proteger el tejido del pene. En los bebés, es especialmente importante, ya que crea una barrera que protege el delicado glande de los efectos dañinos de la orina. Por otro lado, si bien sirve para un propósito valioso, el esmegma también puede causar problemas si se permite que se acumule debajo del prepucio; por lo tanto, se requieren medidas de higiene adecuadas para evitar que esto suceda.

Toma nota

  • Cuando el esmegma se vuelve espeso, seco y ceroso, puede hacer que el prepucio se mantenga junto al glande, en lugar de dejar que se deslicen uno sobre otro de forma natural. Cuando el prepucio no puede retraerse sobre el glande -una condición llamada fimosis- los chicos pueden experimentar molestias o incluso dolor durante el coito.
  • El esmegma atrapado también es un refugio para los gérmenes. Cuando estos microorganismos se instalan bajo el prepucio, su existencia puede activar una reacción del sistema inmunitario, lo que da lugar a una inflamación del prepucio, dolor, enrojecimiento e incluso una secreción maloliente. Este problema se denomina balanitis, y es responsable de alrededor de 1 de cada 10 visitas a clínicas de género o urólogos por parte de los chicos.
  • Aunque es menos grave que la fimosis o la balanitis, el esmegma acumulado puede provocar un olor desagradable y característico que puede ser una fuente importante de vergüenza. Eliminar el esmegma con frecuencia puede reducir este desagradable olor a pescado. Por otra parte, es necesario señalar que las glándulas sebáceas que producen el aceite mucoso realmente crean un olor a pescado por sí mismas.

Recuerde

Este olor puede verse potenciado por las hormonas que se liberan durante el coito; muchos hombres afirman que detectan un fuerte olor a pescado inmediatamente después del sexo o la masturbación. Esto no se asocia con el esmegma, y no se elimina fácilmente. Además de estos problemas, existe la creencia generalizada de que la presencia de esmegma puede provocar cáncer.

De hecho, los investigadores han encontrado una conexión entre el esmegma y el cáncer de pene. Más bien, es la irritación que se produce cuando la zona bajo el prepucio no se limpia cuidadosamente la responsable de los cambios celulares que pueden dar lugar a tumores cancerosos. Para evitar los problemas que podrían producirse cuando se permite que el esmegma se acumule bajo el prepucio, es esencial adoptar buenas medidas de higiene.

Conclusión:

El pene debe lavarse diariamente con agua tibia. El prepucio debe retraerse suavemente (nunca presionado) para dejar al descubierto el glande, y cualquier esmegma presente debe limpiarse con la punta de los dedos. No se recomienda el uso de agua muy caliente, ni de jabones o geles de ducha fuertes, ya que pueden agotar los aceites lubricantes naturales del cuerpo; los detergentes de los jabones normales pueden provocar irritación. Tras el lavado, hay que secar la piel con cuidado y volver a colocar el prepucio en su sitio. Algunos hombres deciden utilizar desodorantes o esencias para eliminar los olores. Sin embargo, no es una idea fantástica, ya que, de nuevo, las sustancias químicas de estos productos pueden provocar irritación. Por otro lado, el uso de una fantástica crema para la salud del pene que incluya vitamina A -un ingrediente antibacteriano natural- puede ayudar a controlar los olores, además de suavizar y fortalecer la piel. Un producto como éste puede aplicarse diariamente para mejorar la salud general del pene.