La resistencia no es una palabra nueva, pero para muchos de nosotros la conciencia de la inmunidad es nueva. La resistencia es útil cuando hay un virus o una gripe. Si el sistema inmunitario de tu cuerpo funciona como debe, tendrás una gran "resistencia a la enfermedad", es decir, te mantendrás sano. La resistencia a la tentación de hacer algo que va en contra de tus valores fundamentales te fortalecerá, mientras que ceder a esa tentación debilitará tu personalidad.

Resistencia

La resistencia puede ser una señal de que algo no está bien para ti, en este momento. Hay otro lado de la inmunidad. El lado opuesto de la inmunidad destruye lo que necesitamos. Esta resistencia surge de la aversión al cambio. Los humanos somos un poco raros en el sentido de que proporcionamos un deseo al Universo, y luego resistimos los mismos cambios que esta necesidad pone en movimiento.

Por ejemplo, cuando ofrecí mi deseo de independizarme económicamente, no comprendí que la respuesta vendría en forma de pérdida de ingresos de mi antigua pareja. El Universo reaccionó a mi deseo -no como yo esperaba- y me resistí al cambio. El Universo sabía que para independizarme necesitaba SER independiente. Quería la seguridad de los ingresos del cónyuge, pero esa dependencia psicológica de una fuente externa me impedía ser libre. Me resulta mucho más fácil aceptar el cambio una vez que lo he iniciado yo. Cuando otra persona inicia un cambio que me afecta, mi respuesta inicial es resistirme.

Ley de la atracción

Sin embargo, la Ley de la Atracción enseña que todo lo que toca mi vida es consecuencia de alguna vibración en mí. Puede ser una vibración que no me guste. Puede ser una vibración sutil a la que presto poca atención. Puede ser una vibración que ha pasado a la clandestinidad, como la ira o el dolor que no admití en el momento en que lo experimenté. Las emociones son "energía en movimiento". Cuando intentamos suprimir una emoción (en particular una que hemos juzgado como negativa o dañina) no desaparece, sino que entra en nuestra mente subconsciente, donde sabotea silenciosamente nuestra propia vida estableciendo una inmunidad que invita a más experiencias negativas y crea tensión entre personas que solían deleitarse mutuamente.

La resistencia no sólo frena la satisfacción de nuestras necesidades -la resistencia desintegra; divide; descompone; fragmenta nuestro Verdadero Ser. Perdemos nuestro sentido de totalidad. Nos sentimos desconectados de la Fuente (Dios, lo Divino). Esta desconexión comienza a aparecer en la forma en que nos sentimos con nosotros mismos y en cómo nos relacionamos con otras personas. Pronto, nos peleamos con nuestro mejor amigo y le culpamos de la circunstancia.

Inmunidad

¿Qué podemos hacer con la inmunidad? ¿Existe una alternativa? ¿Debemos resistirnos a la inmunidad? Eso no funciona. Si detectamos la resistencia e intentamos suprimirla o resistirla, ¡creamos MÁS! La opción es la aceptación. No la resignación, sino la aprobación creativa. Enseño la historia de la Ley de la Atracción y es fascinante notar que en la Edad Media hubo una gran persecución de cualquiera que sostuviera una creencia filosófica que difiriera de la definida por las autoridades religiosas y políticas.

Las personas que conocían la Ley de la Atracción, aquellas personas que mantenían su propio poder personal a través del control de sus pensamientos y emociones, se enfrentaban a una elección crítica: resistir al poder y perecer; cumplir con las exigencias de sus agresores y negarse a sí mismos; o ser creativos. Si ese es el caso, muchos profesionales de la metafísica (la Ley de la Atracción) simplemente se trasladaron a Arabia, donde encontraron la libertad para vivir sus creencias de forma integral. El cambio está destinado a ocurrir. La gente va a tomar decisiones que afectan a nuestras vidas. Vamos a tomar decisiones que tienen un impacto en los demás. Charles Handy dijo: "El cambio es la única constante". La forma en que gestionemos el cambio -invitado o no- influirá en nuestra vibración y, posteriormente, en nuestro bienestar.

Conclusión:

Tómate unos momentos para detectar la resistencia en tu cuerpo, mente o emociones. ¿Qué sientes? ¿Restricción? ¿Obstrucción? ¿Bloqueo? ¿Frustración? ¿Confusión? ¿Juicio? ¿Indignación? Sí, esos sentimientos son los signos de la inmunidad. Cuando descubro la resistencia, pido a mi Ser Superior comprensión y una aprobación creativa. El punto principal es: El cambio se producirá. Voy a hacer resistencia o aceptación. Una elección contribuye a la desintegración de mi personalidad y otra refuerza mi sentido de integridad.